El plantel del colegio Green Hills en el norte del área metropolitana de la Ciudad de México es un campus planeado en tres etapas, la que se expone a continuación corresponde a la primera etapa del kinder.
Cuando pensamos en el kinder la idea de disgregar los edificios en el terreno como juguetes en el jardín nos cautivó y dio origen a la ubicación de todos los prismas, que juegan a esconderse uno tras otro, dejando vistas enmarcadas del bosque adyacente. Los paralelepípedos de concreto se inclinan de un lado a otro motivando al niño a desarrollar su creatividad en maternal y en los salones de actividades, kinder I, kinder II.
Para preprimaria, donde el alumno entra en una etapa de preparación para la primaria, el desarrollo del proyecto se hace más lineal y simple. La construcción esta formada por crujías de concreto armado soportadas sobre pilotes de concreto expuestos que dan la sensación de un edificio de hormigón sobre palafitos. Esta condición elevada junto con la pendiente del terreno favorece el paso del agua de lluvia por debajo del edificio así como la formación de un corredor ecológico para las especies que integran el ecosistema de bosque frío de la región.
El diseño de las losas de las naves de los salones y su integración con el diseño arquitectónico resulta fundamental para la educación dando como resultado una formación integral y un desempeño óptimo del estudiante. La segmentación de la losa en tres partes a manera de estructura dentada, dejando expuestas las caras al norte garantiza la entrada de luz natural uniforme al interior de todo el espacio. El uso en paralelo de luz natural junto con luz artificial da como resultado una mejor atención, un mejor desarrollo de la lectura y un mejor procesamiento de la información en los alumnos según apuntaron los estudios de Kuller and Lindsten y The Heschong Mahone Group. El diseño de la losa se complementa con el uso de jardinería de crasas (plantas suculentas) de bajo mantenimiento que integran el inmueble a su contexto natural.